Adios a un año que siempre estará en mi memoria. Gracias 2017.

Buenas noches.

Un año más que dejamos atrás, un año para mí maravilloso, que empecé celebrando buenas noticias y que terminaré con esas buenas noticias entre mis brazos.

De este 2017 me quedo con cada momento vivido junto a mi familia y amigos, a cada cual más especial. Pero si tengo que destacar algo, sin duda serían todos los momentos que nos han dado ellos, esos dos que han puesto patas arriba nuestra casa y nuestra vida, desde sentir las pataditas de mi bebé, Bosco, dentro, hasta soltar de la mano a Alejandra, mi otra “bebé”, para que entrara en su primer día de colegio.

Han pasado muchas cosas, y muy deprisa. Un año que jamás podré olvidar. De los mejores, quizás el mejor, siempre junto a mi mitad, siempre repleta de amor. Parece que las cifras con 7 nos traen cosas maravillosas.

Me despido del año que me ha convertido en mamá por segunda vez con nostalgia y agradecimiento, pero recibo 2018 bien acompañada y deseando vivir intensamente cada momento bonito que nos quiera regalar.

Aprovecho mi rinconcito para desearos a tod@s los que dediquéis un momento a leerme, un feliz último día de 2017, y que la salud y el amor no falten en los 365 días del año nuevo.

 

El Bautizo de R.Bosco. (Primera parte: el faldon).

Buenos días,

Hace bastante tiempo que no pasaba por aquí, pero últimamente mi tiempo libre es escaso. Aún así, no podía dejar de contaros un día tan bonito  como el del Bautizo de mi pequeño, y he decidido hacerlo en parte. En esta primera, quiero compartir con vosotros como iba vestido el protagonista en un día tan especial.

Yo soy fan de los faldones y de la ropita de bebé. Pienso que para llevar “minivaqueros” ya tendrán tiempo, pero es una opinión. También me gusta en la medida de lo posible mantenerme fiel a las tradiciones, y buscar el lado especial de las cosas, por eso, y gracias a una prima de mi madre que volvió a prestarnos el faldón, pude llevarle a la iglesia con el mismo con el que nos bautizaron a mi hermano y a mí, y que ya llevó Alejandra hace más de tres años. El faldón de cristianar es una auténtica obra de arte, el trabajo del bordado es espectacular, y examinando cada detalle, parece más maravilloso todavía. El día de mañana si mis hijos me hacen abuela, intentaré buscar unas buenas manos para la costura, que hagan una réplica lo más parecida posible, ya que el faldón como ya he dicho pertenece a una prima de mi madre y tiene un gran valor sentimental. Entrar para bautizar a cada uno de mis hijos vestidos igual que yo, en la Parroquia de Santa Bárbara de Madrid, en la que se casaron mis padres y nos  dimos mi marido y yo el sí quiero nos hace revivir días importantes para nuestra familia.

El jersey lo hizó mi madre para Alejandra y es también una preciosidad digno de detenerse en cada franja de punto cosidas con tanto cariño.

Después de la celebración del Bautizo, fuimos con la familia y algunos amigos cercanos a tomar algo, y para ese momento, cambiamos al bebé a un faldón mucho más sencillo. Es de Gocco y lo encontré unas rebajas en las que Bosco aún no estaba en camino ni en nuestro pensamiento a corto plazo, pero sí sabía que quería tener más hijos y estaba tan bien de precio que me lo llevé. Es una pieza sencilla, con capota a juego que he utilizado combinada con otras prendas.

Os dejo algunas fotos, y pronto escribiré nuevo post contndo los detalles de mi look y del de Alejandra.

¡Feliz fin de semana!