A mi perro Iker.
Querido y fiel Amigo.
Hace ya una semana que no estás con nosotros, y ¡cuánto se te echa de menos!, todavía entro en casa mirando hacia abajo.
¡Qué suerte la nuestra haber podido tenerte estos 14 años y medio!. Personalmente, me hubiera gustado poder despedirme, jamás hubiera imaginado cuando el martes me agaché a acariciarte y a darte un beso, que no volvería a poderlo hacer, que tu mirada inocente iba a ser la última.
Pero tú preferiste que fuera así, imagino que no querías lágrimas, sino sonrisas. También quisiste descansar en tu casa, en nuestra casa donde hemos vivido tantos momentos a tu lado, donde te has convertido desde que llegaste con apenas un mes y arrastrabas todos tus juguetes, alguno más grandes que tú hasta tu camita, en uno más de la familia. Donde me has acompañado horas y horas de estudio, donde he llorado algunas veces mientras me llenabas de lametones porque ilusa de mí, creía que me habían roto el corazón, ¡ay Amigo!, entonces se podía reparar. En casa donde has compartido a mi lado tanta felicidad, como la del día en que me había licenciado, o el día de mi boda. También pasaste ratos durmiendo junto a mi tripa de embarazada. Has conocido a mi hija, que empezó a hablar y a llamarte Iki, a ella que se acerca a tus sitios buscándote, le podré contar mil historias y momentos que he vivido a tu lado.
Cuando me fuí de casa, a mi otro hogar, que tambièn has llegado a conocer, tuve que acostumbrarme a que no me recibieras cada día, pero por suerte, he vuelto a nuestra casa casi a diario y hasta el último día has celebrado en la puerta mi llegada.
Bueno, ya me despido, espero que hayas sido feliz con nosotros, sé que mi padre, tu amo, te ha consentido como a un nieto, y te ha cuidado como a uno más. Te has llevado un pedacito de nuestros corazones, pero a cambio nos has dejado muchos recuerdos de los que todavía me cuesta hablar, pero que han llenado no sólo algunos rinconcitos de casa, sino un rincón en cada uno de nuestros corazones, y mucho, muchísimo amor. Gracias por ser el más fiel de los amigos sin pedir nada a cambio, sin reproches, ya aunque sin ganas y con los ojos llenos de lágrimas debo decirte hasta la próxima. Espero que se esté muy bien en el Cielo de los Perros, y que algún día si tienes un rato, vengas a visitarme a uno de mis sueños para darme un lametón.
DEP Iker, mi AMIGO, mi westie, mi «perro humano».