Buenos días.
Tenía pendiente escribir un último post del Bautizo de R. Bosco, que celebramos el pasado 26 de noviembre como ya he contado en los dos posts anteriores relacionados, pero tuve que adelantar el de la fiesta de cumpleaños de Alejandra para culminar su semana de cumpleañera, porque no quería dejarlo en la lista de “pendiente”, así que retomo el tema Bautizo para escribir un tercer y último post en el que quiero enseñaros como quedaron los detalles que repartimos a los invitados, y la decoración que preparé y me montaron en el restaurante en el que hicimos una cena tipo cocktail después de la ceremonia.
Lo cierto es que en el Bautizo de Alejandra tres años antes me había encargado yo prácticamente de todo, preparando desde el diseño de los recordatorios, los regalitos para los invitados, e incluso montando tanto decoración como mesas de comida. Personalmente soy de las que piensan que lo hecho por tí con cariño vale el doble, pero en esta ocasión, con mi bimaternidad y menos tiempo, he tenido que delegar varias cosas, siempre buscando que se adaptara todo a mi idea, y preparando incluso dibujos para que colocaran todo como lo hubiera hecho yo, (gracias por su paciencia a las personas del restaurante que estuvieron atentas a cada detalle). El resultado me encantó, así que a mí no me quedó más que disfrutar del día tan especial para mi pequeño.
Tanto los recordatorios, como el resto de la papelería, invitaciones, tarjetas, menús y etiquetas, fueron diseñados por mi prima, a la que tengo que agradecer lo bonito que quedó todo. Intenté que los recordatorios recogieran lo mismo que los del Bautizo de Alejandra, foto, detalles de recién nacido y del día del Bautizo y una oración infantil, y mi prima le dió la forma perfecta. También aprovecho para agradecer el tema de impresión a una amiga que me leerá seguro.
Los detalles fueron unos saquitos de olor y unos jabones con las iniciales de mi bebé, que encargué, junto con unos botecitos de lacasitos azules (el color predominante), que sí monté yo y a los que pusé las etiquetas diseñadas por mi prima acordes con el resto de la papelería.
Por último improvisé una zona de photocall decorada con las fotos de recién nacido que le hicieron en el hospital a Bosco, en la que cada invitado pudo dejarnos su foto de recuerdo hechas con la cámara Intax Mini que nos suele acompañar en todos los eventos desde que la compré para el Bautizo de Alejandra, y que ahora me arrepiento de haber cogido rosa en vez de en un color más neutro.
En cuanto a la mesa dulce, quería combinar el azul clarito, color por excelencia para un bebé niño y que a mí me encanta, con algo de blanco y con la calidez de un toque otoñal, por la fecha de la celebración. Después de recorrer unos cuantos sitios, el jardín vertical del restaurante en el que cenamos finalmente, me pareció el escenario perfecto, ya que aportaba esa idea que me rondaba la cabeza. Para la decoración que yo misma preparé, y me montaron a mi gusto, puse hojas de otoño artificiales, flores blancas y azules de mi floristería preferida de Madrid, “Margarita se llama mi amor”, calabazas blancas, que llevaba buscando desde septiembre (cuando se me mete algo en la cabeza…) y que conseguí gracias a mi madre, algunas velas en tarros que yo misma pinté, y unos banderines con el nombre completo de R. Bosco, junto con algunos detalles más que había ido recopilando.
Para endulzar a los invitado puse chuches y bombones azules, y una tarta que encargué a las hermanas de Qué Dulce en las que también he confiado para los cuatro cumpleaños de Alejandra y que siempre materializan mi idea tal y como yo tengo en mente.
Y aquí os dejo el resultado con fotos en su mayoría de Cristina de MasPhotoMadrid que nos dejó el mejor recuerdo de un día precioso.